Eurocopa 2020: Revivir la ilusión
Luis Enrique
Seleccionador
Once titular
Día del debut
El Camino
España una vez más llegó a la fase final del torneo continental después de firmar una fase de clasificación brillante. Ocho victorias y dos empates dieron al equipo dirigido por Luis Enrique la primera plaza y el billete a una Eurocopa que se disputó por todo el continente. Lejos quedaron la Suecia de Isak (2º posición que también daba la clasificación) y la Noruega de Odegaard, que terminó por no colarse en la fase final al ser eliminada en los playoffs de acceso. La diferencia de goles de los españoles -31 a favor por solo 5 en contra- demuestran la clara superioridad de los españoles en un grupo que completaban unas flojas Islas Feroe, Rumanía y Malta. Este último un rival evoca grandes recuerdos para los aficionados de La Roja, y de nuevo en Andalucía, esta vez en el estadio que por aquellos días era llamado Ramón de Carranza, endosó un contundente 7-0.
La fase de grupos no comenzó como más le habría gustado al combinado nacional. Debutaba en Sevilla, en el Estadio de la Cartuja, frente a una Suecia con la que ya se había medido en la clasificación. En medio de un ambiente algo frío por las restricciones aún vigentes del Covid-19, España se estrelló una y otra vez contra el muro de la defensa sueca, terminando el partido 0-0 y con todas las crónicas hablando de buen juego pero poca puntería. En la segunda jornada tocaba la Polonia de Lewandowski y volvieron las dudas. Después de que Morata abriera por fin la lata para los españoles en la primera parte, el crack polaco igualó la contienda en Sevilla. Gerard Moreno tuvo en sus botas la victoria mediante una pena máxima, pero no fue capaz de superar a Wojciech Szczesny y España llegó a la última jornada con solo dos puntos y con la posibilidad de caer eliminado en una Eurocopa en la que había jugado en casa hasta el momento.
El fútbol no estaba siendo del todo justo con La Roja y no podía despedirse así de sus aficionados, así que a Eslovaquia le tocó pagar todo lo que no había entrado en las porterías rivales los días anteriores. 5-0 en un partido casi perfecto de los jugadores españoles para clasificar a octavos de final y sobre todo agarrar la con fuerza la confianza que parecían haber perdido en los dos primeros encuentros del torneo. Aún así hubo un pequeño atisbo al inicio de que podía repetirse la película de los partidos anteriores, pues Morata falló un penalti en el minuto 12. Fue a la media hora de partido cuando se abrió la lata en una jugada desafortunada para Eslovaquia Dúbravka introdujo el balón en su propia portería. Completaron la goleada: Laporte, Sarabia, Ferrán Torres y Kucka (p.p).
El rival en la primera ronda eliminatoria sería un viejo conocido de los campeonatos internacionales de los españoles, Croacia. El cuadro arlequinado vivió en estos años su época dorada comandada por Luka Modric e Ivan Rakitic, y por supuesto no le puso las cosas fáciles al equipo dirigido por Luis Enrique en un partido para recordar. Los croatas se pusieron por delante después de un fallo de Unai Simón que no impactó el balón después de un pase atrás de Pedri. España supo reponerse de su propio error y desplegando un muy buen fútbol de control y posesión consiguió empatar antes del descanso con un gol de Pablo Sarabia. A la vuelta de vestuarios Azpilicueta puso por delante a España rematando un buen centro de Ferrán. Este mismo se encargó de hacer el 3-1 que parecía dejar cerrado el pase a los cuartos de final. Ni mucho menos, aún quedaba mucho que sufrir. Croacia en un ejercicio de supervivencia encerró a España en su área y a base de centros logró empatar la contienda. Primero anotó Orsic el gol de la fe y posteriormente Pasalic entrando desde atrás fusiló a Unai Simón con un tremendo testarazo en el tiempo de descuento. El partido se tuvo que resolver en los 30 minutos adicionales.
España se vio jugando una prórroga en un partido que había sentido ganado, lo que normalmente suele traducirse en eliminación. Pero el espíritu de este equipo fue superior a estas dificultades. Morata, que a día de hoy es ya el máximo goleador histórico de España en las Eurocopas, bajó el balón con el pecho en medio del área y con la pierna izquierda dibujó una preciosa volea para superar a Livakovic en el minuto 100. Solo tres minutos después Dani Olmo centraba un balón milimétrico desde la banda derecha para Oyarzabal -como había hecho unos instantes antes para asistir a Morata-, que con toda la tranquilidad del mundo definió a gol y esta vez sí puso el punto y final a un encuentro trepidante con el 3-5.
España se plantaba en cuartos de final con buenas sensaciones y ante, a priori, un rival bastante inferior como Suiza. Todo estaba de cara y en una jugada de estrategia botada por Koke, Jordi Alba impactó al balón de volea y tras un rechace en Zakaria se fue directamente al interior de la portería cuando únicamente habían transcurrido nueve minutos de partido. El escenario era el ideal para un equipo que se desenvolvía en su mejor nivel mediante la posesión de balón ante un equipo técnicamente de menor nivel y que se dedicaba prácticamente a perseguir sombras sobre el terreno de juego. Pero España parece querer vivir siempre al filo de la navaja, y en un error grosero cometido entre Laporte y Pau Torres, Shaqiri fue el más listo de la clase y embocó a gol un balón suelto dentro del área a 20 minutos del final. Unos minutos después Freuler vio la cartulina roja directa por una acción durísima con los tacos sobre la pierna izquierda de Gerard Moreno. Se llegaría al final de los 90 minutos reglamentarios con empate a un tanto, pero España con un jugador más para disputar toda la prórroga.
Suiza fue capaz de resistir los continuos ataques de la selección española, que recordando a los dos primeros partidos del campeonato estaba negada de cara al gol. A pesar de estar jugando contra un equipo en inferioridad, no dispuso de grandes ocasiones ante unos helvéticos que demostraron un oficio impresionante, dejando claro que los que pensaban que España lo tendría sencillo no podían estar más equivocados.
Llegamos a la tanda de penaltis con los nervios a flor de piel, y es que no se pudo empezar de peor forma. Busquets como uno de los grandes líderes del equipo tomo la responsabilidad de chutar el primer lanzamiento. Consiguió engañar a Sommer, pero su disparo fue tan ajustado que se encontró con el poste izquierdo de la meta rival. Para más épica, Gavranovic lanzó el suyo a la perfección y puso a los helvéticos por delante. El siguiente lanzador en España fue Dani Olmo, que con una tranquilidad pasmosa mandó el balón a la escuadra y rebajó el nivel de tensión de los españoles. Unai Simón, que se emergió como el gran héroe de la noche, detuvo el penalti de Schar y devolvía las tablas a la tanda. Rodri se dispuso a adelantar a España pero Sommer le leyó las intenciones. De nuevo el meta vasco tuvo que hacerse enorme bajo los tres palos para detener el disparo de Akanji. Gerard Moreno tenía la oportunidad de poner a La Roja por delante por primera vez en toda la tanda y no decepcionó con un tremendo zambombazo a la escuadra derecha. Después de las dos últimas paradas los suizos veían a Unai como un gigante en la portería, y Vargas mandó el balón a las nubes. Todo un especialista como Oyarzabal para dar el pase a semis a España y… engañó a Sommer disparando cruzado y metiendo a España en unas semifinales de Eurocopa 9 años después.
Semifinales ante uno de los grandes rivales históricos de ‘La Roja’, Italia. Seguramente este sea uno de los partidos más duros de la era Luis Enrique al frente de España, quizás hasta más que aquel frente a Marruecos en el Mundial de Qatar. La ilusión estaba por las nubes. Con dificultades pero con un gran fútbol España ya estaba en semifinales, a dos victorias de volver a tocar metal después de unos cuantos torneos decepcionantes. En frente, la selección Azzurra seguramente había sido junto a la española la más destacada en el desarrollo de la Euro 2020. El partido como se podía prever fue muy igualado. Cada equipo fiel a su estilo, con mayor posesión para España pero no se puede decir que estuviera siendo ampliamente superior. La primera mitad transcurrió sin que ninguno de los dos guardametas sufrieran apuro alguno. Al descanso se llegó con el mismo resultado con el que comenzó el partido, todo parejo y nadie parecía poder decantar la balanza a su favor con lo demostrado sobre el terreno de juego.
Hasta que en el minuto 60 en el que apareció Chiesa, que estaba en un momento de inspiración superlativo y fue capaz de recortar a la defensa española y ajustar el balón lejos del alcance de Unai Simón. Luis Enrique reaccionó de inmediato y dio entrada a Morata al terreno de juego, que había sido la sorpresa de la alineación quedándose en el banquillo. El madrileño recibió el balón cerca del centro del campo en el minuto 80 y comenzó la conducción hacia el arco rival, tiró la pared con Olmo y definió por bajo delante de Donnarumma para poner el merecido empate en el electrónico. De nuevo España se marchaba a la prórroga. Y la igualdad era tal, que de nuevo se llegó a la tanda de penaltis.
El comienzo fue completamente contrario al de la tanda con Suiza solo unos días antes. El primer lanzamiento fue obra de Locatelli y Unai Simón se estiró a la perfección para atajar el balón. Dani Olmo pudo poner a España por delante, pero su chut, seguramente fruto de los nervios, salió muy por encima del larguero de los italianos. Esto llenó de confianza a los de Roberto Mancini que superaron a Unai en el resto de sus lanzamientos. Primero Belotti, a lo que igualó Gerard Moreno. Después Bonucci, pero tampoco falló Thiago Alcántara. Bernardeschi no dudó y… Morata sí. Donnarumma se lanzó hacia su derecha y paró el penalti del nueve español. Todo quedaba en los pies de Jorginho, un consumado especialista con una técnica especial en la que espera a que se venza el meta para mandar el balón hacia el lado contrario. Unai trató de aguantar, pero el italo-brasileño con la frialdad de un futbolista de clase mundial esperó aun más y con el interior acomodó la bola en el lado contrario al que se había lanzado el vasco. Toda la ilusión de un país destrozada de un mazazo en la tanda de penaltis de las semifinales… pero el fútbol en ocasiones es justo, pone a cada uno en su lugar y España recogería lo sembrado pocos años después.
La Anécdota: La Eurocopa del Covid llegó a Sevilla
El mundo entero se paró en 2020 por culpa de la pandemia del Covid-19, y el fútbol evidentemente no podía ser menos. La Eurocopa programada para ese año tuvo que ser trasladada al verano del siguiente por motivos evidentes. Se celebró desde el 11 de junio al 11 de agosto del 2021, pero el mundo todavía no había vuelto a la normalidad. Las mascarillas, el gel desinfectante y las medidas restrictivas formaban parte del día a día, y esta situación se trasladó a los estadios en los que se celebró la Eurocopa. Afectaba especialmente la distancia de seguridad. Había que dejar asientos vacíos entre cada espectador por lo que la capacidad de los estadios se vio reducida.
Un torneo especial además porque mediante el tema lanzado por la UEFA «Una Euro por Europa» y con el objetivo de celebrar el sesenta aniversario de la creación del organismo, la Eurocopa se jugó en 11 sedes repartidas por 11 países de todo el continente. Esto supuso que según las leyes sobre la pandemia de cada país había diferentes restricciones en los partidos.
Como no podía ser de otra forma, en una Eurocopa celebrada por todo el continente España debía ser una de las anfitrionas. La ciudad escogida fue Sevilla. La capital andaluza cuenta con dos estadios con gran tradición futbolera como el Benito Villamarín y el Ramón Sánchez-Pizjuán, pero el recinto elegido fue el Estadio de la Cartuja.
Un campo que tradicionalmente ha generado un clima frío desde la grada, en parte generado por la pista de atletismo que rodeaba al terreno de juego -en estos momentos en plena obra para retirarla. Era la segunda vez que España jugaba partidos de una fase final de Eurocopa como local, después de la de 1964, y el ambiente entre el estadio y la pandemia no fue el que se podía esperar. De hecho, los resultados de la selección española estuvieron muy por debajo de las expectativas, consiguiendo dos empates y una sola victoria frente a rivales de menor entidad como Suecia, Polonia y Eslovaquia. Se desquitó la Selección con el público sevillano goleando en el último encuentro a Eslovaquia por 5-0.
El aspecto que presentó La Cartuja nada tuvo que ver con el que se permitió en otros países como Hungría, que fue la única sede en la que se permitió un aforo completo y en la que llegaron a haber hasta 67.000 personas en el Puskas Arena. En el país magiar ni siquiera era obligatorio el uso de las mascarillas y podía acceder al estadio cualquier persona vacunada o que ya hubiera pasado la enfermedad. Fue una imagen chocante comparado con la asistencia de entre el 25% y 30% permitido en La Cartuja y la mayoría de sedes del campeonato europeo.
Lo cierto es que según fueron avanzando las semanas de campeonato se fueron reduciendo las medidas sanitarias en algunos países, por la mejoría en la situación relativa al Covid-19, pero también afectaron otros factores.
En estas decisiones en una gran medida no tuvieron tanta relación con los consejos médicos para evitar la propagación y si con motivos políticos y económicos. Las semifinales y la final debían disputarse en Wembley e Inglaterra era uno de los países con mayor incidencia. Líderes políticos de países europeos pidieron que esta fase final fuera cambiada de ubicación, ejerciendo una enorme presión sobre Boris Johnson, Primer Ministro Británico. Esta presión surtió efecto y terminó con un aumento significativo del aforo permitido en el estadio londinense, llegando a congregarse allí más de 60.000 aficionados. A pesar de que para asistir al estadio era obligatorio haber recibido dos dosis de la vacuna o mostrar un test de antígenos negativo fuentes médicas aseguran que fue un error que provocó miles de contagios.
En primera persona: David Martínez
«La ilusión en la Eurocopa de 2020 -que se jugó en 2021- era enorme. La Selección jugaba en España, en Sevilla, la fase final de un torneo por primera vez desde 1964. Para mi fue el mejor momento de la selección española bajo las órdenes de Luis Enrique, el equipo estaba jugando muy bien y el desenlace final fue una pena con aquellos penaltis contra Italia«.
«Lo que más se comentaba de todas formas esos días no tenía nada que ver con el juego, sino con el césped del Estadio de La Cartuja. Fue una cosa en la que nosotros hicimos bastante incidencia a raíz de las quejas del seleccionador y los propios futbolistas españoles, porque parecía que iba a influir más en los partidos de lo que terminó siendo. En la previa se llegó a cambiar el césped entero porque estaba muy mal. La Cartuja era un estadio que hasta que llegó el acuerdo con la federación había estado muy descuidado en los últimos tiempos. Para los telediarios hicimos diferentes piezas y entrevistas con todo tipo de profesionales relacionados con el tema. Jardineros, cuidadores, especialistas en césped… nos contaron que tipo de hierba era, como se cuidaba, por qué se estropeaba, por qué no agarraba bien. En mi recuerdo aquel tema en esos días era como la gran noticia que estaba en boca de todos. También creo que desde Madrid y algunos medios no les hacía mucha gracia que la selección española se fuera a La Cartuja, con la pista de atletismo y un ambiente un poco frío en general».
«Sobre los tres partidos que se jugaron en La Cartuja, en mi recuerdo la sensación es que finalmente no afectó demasiado al juego, a pesar de que los resultados en la fase de grupos no fueron del todo buenos. Empatamos los dos primeros partidos con Suecia y Polonia y en la última jornada teníamos que ganar sí o sí contra Eslovaquia. Recuerdo que en la previa de ese partido el ambiente estaba un poquito tenso, y la verdad que fue un partidazo. Algunos jugadores como Ferrán y Morata no habían funcionado demasiado bien en los dos primeros choques y en este último en Sevilla se desquitaron y se fueron con buenas sensaciones».
«El ambiente en los tres partidos fue muy bonito dentro de las posibilidades y la situación que se vivía. En Sevilla siempre que juega la Selección la gente se vuelca y apoya mucho. Aún estaban vigentes algunas de las medidas del Covid y eso hizo que el estadio tuviera que estar bastante vacío. Pero no impedía que la gente se acercara a ver al equipo. Estaban en el hotel Torre Sevilla y la puerta estaba constantemente repleta de aficionados. Montaron en la zona de la Cartuja diferentes actividades para niños y aficionados. La gente feliz y siempre con la Selección».
«La pena es que dentro del estadio se veía todo medio vacío, y el ambiente de cara a lo que es el partido pues sí que se sentía un poco frío desde la grada. Seguramente afectó todo el tema del Covid y las restricciones sanitarias. El aforo permitido estaba alrededor del 30% si no recuerdo mal».
«Cómo anécdota recuerdo que Luis Rubiales salía a correr con algún miembro del cuerpo técnico con el chándal de la Selección a correr por Sevilla a las ocho de la mañana. Después a la vuelta se paraba y la verdad que muy bien, siempre fue muy amable con los medios y en aquella época aún no había surgido ninguna polémica alrededor de su figura. Es más, diría que una persona que en general caía bien».
Conoce la convocatoria
Estos fueron los 23 futbolistas escogidos por Luis Enrique para defender la camiseta española en la Euro 2020
1. David De Gea
Portero
13. Robert Sánchez
Portero
23. Unai Simón
Portero
2. César Azpilicueta
Defensa
3. Diego Llorente
Defensa
4. Pau Torres
Defensa
12. Eric García
Defensa
14. José Luis Gayà
Defensa
18. Jordi Alba
Defensa
24. Aymeric Laporte
Defensa
5. Sergio Busquets
Defensa
6. Marcos Llorente
Defensa
8. Jorge Resurrección 'Koke'
Centrocampista
10. Thiago Alcántara
Centrocampista
16. Rodrigo Hernández
Centrocampista
17. Fabián Ruiz
Centrocampista
19. Dani Olmo
Centrocampista
26. Pedri
Centrocampista
7. Álvaro Morata
Delantero
9. Gerard Moreno
Delantero
11. Ferrán Torres
Delantero
20. Adama Traoré
Centrocampista
21. Mikel Oyarzabal
Delantero
22. Pablo Sarabia
Delantero