Euro 2000 - Selección española en las Eurocopas del siglo XXI

Eurocopa 2000: Viviendo al límite

El Camino

El camino de la España dirigida por José Antonio Camacho comienza un 5 de septiembre de 1998 en Larnaca frente a Chipre, en el que los españoles cosecharon una sorprendente derrota frente a los chipriotas en a fase de clasificación. En un grupo muy asequible formado por Israel, San Marino, Austria y los mencionados chipriotas España fue capaz de reponerse del primer golpe terminando primera de grupo muy por delante de sus rivales, ganando los siete partidos restantes logrando así el billete para la Eurocopa de Bélgica y Países Bajos con 21 puntos. Muy lejos de los 13 conseguidos por Israel que como segunda de grupo obtuvo la oportunidad de acceder a la repesca. Los de Camacho anotaron 42 tantos y encajaron únicamente cinco.

La fase de grupos comenzó de nuevo con derrota, esta vez frente a Noruega (0-1). Una vez más el equipo capitaneado por Fernando Hierro le dio la vuelta a la situación ganando los dos siguientes partidos del grupo C frente a Eslovenia y Yugoslavia para acabar en primera posición y por consiguiente clasificar a los cuartos de final. Primero derrotó a los eslovenos, en un partido en el que se adelantó pronto con un gol de Raúl González y que se llegó a complicar cuando Zahovic hizo el empate en la segunda mitad. Duró poco la alegría para los eslovenos porque España, que demostró en este campeonato ser experta en reaccionar, se puso de nuevo en ventaja con un tanto de Etxeberria solo un minuto después. El partido terminó 2-1 para los españoles y el pase a la siguiente ronda se decidiría en el tercer y definitivo partido del grupo C de la Eurocopa 2000.

El gran momento de España durante esta fase fue precisamente en este último partido, en el que se enfrentó a Yugoslavia. ‘La Roja’ llegó a esta fecha con tres puntos frente a los cuatro logrados por los yugoeslavos, por lo que no solo estaba en juego la clasificación a los cuartos de final, sino el primer puesto del grupo.

El partido es definido por la propia UEFA como: «El milagro de España». Hasta en tres ocasiones se pusieron por delante los yugoslavos. Una incluso con un jugador menos sobre el césped. Pero el ejercicio de resistencia del equipo de Camacho fue encomiable. Solo valía la victoria para avanzar a los cuartos y a la media hora de encuentro Milosevic adelantó a Yugoslavia. España respondió rápidamente con un gol de Alfonso para que el partido se marchara con empate a uno al tiempo de descanso. A la vuelta de vestuarios Camacho decidió dar entrada a Pedro Munitis en lugar de Míchel Salgado. El santanderino fue clave. A los cinco minutos de la segunda mitad de nuevo Yugoslavia se ponía por delante gracias a un gol de Govedarica y Munitis recién ingresado al terreno de juego devolvía las tablas al marcador un minuto después. El mito del Racing siguió muy inspirado y provocó la segunda amarilla sobre Jokanovic para dejar a España con un jugador más sobre el verde. Pero una vez más, en el que parecía no ser el día de los españoles, Komljenovic con un gran disparo el balón a la red de la portería defendida por Cañizares a falta de 15 minutos para el final. En ese momento España estaba eliminada de la Eurocopa. Con todo el país contemplando lo que parecía un nuevo fracaso, en el tiempo de descuento Abelardo calló en el área y el colegiado no dudó en señalar la pena máxima. Mendieta convirtió con tranquilidad para equilibrar el marcador, pero aún hacía falta un gol más. En la última jugada con el colegiado a punto de dar por finalizado el encuentro, Guardiola colgó un balón al área desde el centro del campo, Urzaiz ganó el duelo y Alfonso llevó a España al éxtasis con una espectacular volea con la pierna izquierda dentro. 3-4 y un partido que permanecerá para siempre en la memoria de los españoles.

A pesar de lograr la primera posición en un épico partido frente a Yugoslavia, el emparejamiento deparó un rival sumamente complicado para los españoles. Francia, vigente campeona del mundo sería el próximo reto para la plantilla de José Antonio Camacho. Una vez más, España comenzó perdiendo tras un golazo de tiro libre de Zinedine Zidane. Poco después Mendieta empató desde el punto de penalti, de nuevo provocado por un Munitis que gracias a su desempeño frente a los yugoeslavos se había ganado la titularidad. No sería la última vez que España visitaría el punto de penalti en el partido, aunque en la segunda ocasión el resultado fue muy dispar. Justo antes del descanso Francia volvió a adelantarse con un disparo ajustado al primer palo de Djorkaeff que superó a un desacertado Cañizares.

Los franceses fueron capaces de contener el juego español sin pasar demasiados apuros. Con el mismo resultado que se llegó al descanso entramos en los minutos finales y aquí España tendría la oportunidad de mandar el partido a la prórroga. Barthez en una salida algo torpe derriba a Abelardo y Pierluigi Collina no duda en señalar de nuevo penalti para España. En esta ocasión el responsable de la pena máxima fue Raúl y… lo mandó directamente fuera. Francia eliminó a España y terminaría consagrándose como la campeona de Europa, siendo la primera selección en ganar de forma consecutiva un Mundial y una Eurocopa. Por suerte para los aficionados españoles, España no tardaría demasiados años en replicar semejante hito.

La Anécdota: Munitis, un revulsivo inesperado

Munitis es una leyenda del Racing y un jugador muy recordado por los seguidores del fútbol español. Sin embargo lo que muchos no son conscientes de su papel en la Euro 2000, un torneo que fue una decepción para la Selección pero en el que el santanderino jugó a un nivel excelso. El delantero comenzó sin tener minutos en los dos primeros partidos del campeonato frente a Noruega y Eslovenia, teniendo su debut personal en la segunda parte ‘del milagro de España’ contra Yugoslavia. Entró al terreno de juego directamente en la segunda parte en lugar de Míchel Salgado en un partido en el que los futbolistas de Camacho no estaban nada cómodos, y en la que fue casi su primera intervención, recibió el balón en la frontal del área y con la zurda colocó el esférico en la escuadra izquierda de la meta yugoslava.

El gol supuso la respuesta inmediata al tanto un minuto antes de Govedarica. Con la confianza de haber visto puerta comenzó a desenvolverse con habilidad por la banda izquierda del ataque español y en una de sus internadas provocó la expulsión de Jokanovic por doble amarilla

Gracias a su excelente actuación se ganó un puesto en el equipo titular en los cuartos contra Francia. Se midió con Thuram, uno de los mejores defensores de la época, y lo volvió loco. «A veces tengo pesadillas con Munitis», llegó a confesar en alguna ocasión el ex del Barcelona. Con España por detrás en el marcador en una de las tantas aventuras de Munitis por la izquierda frenó en seco y el lateral se lo llevó por delante, provocando un penalti con el que España ponía las tablas. El resultado final no acompañó y Munitis no volvió a jugar un gran torneo con España, pero sus minutos en la Euro 2000 siempre serán recordados.

En Primera Persona: David Pecker

«La Eurocopa del 2000 se jugó en Bélgica y Países Bajos. Ahí fue la primera vez que me contaron que lo correcto no era Holanda sino Países Bajos, que era como si a la selección española la llamáramos Castilla en lugar de España. En lo futbolístico, llegaba una Selección muy diferente a lo que venía siendo en los últimos años con Clemente. Fue una época en la que estaba todo el mundo muy enconado con él. Desde la prensa había problemas, tenía sus jugadores fijos y era algo que no gustaba. Sobre todo el estilo de juego estilo ‘amarrategui’ tenía cansada a la gente».

«Llegó Camacho y lo cierto es que empezó con muy buen pie. Recuerdo ir al 9-0 en Mestalla que le metió a Austria, con un estilo completamente diferente de lo anterior. Se salía a golear si era posible, nada de especular con el resultado y yo creo que despertó un momento de gran ilusión en los aficionados. Aunque Camacho no era un entrenador con un bagaje digamos importante, al menos era un tío que iba para delante con sus ideas. Otro de los cambios que se introdujeron es que España comenzó a jugar con selecciones potentes en los amistosos previos, nada de amistosos cutres con selecciones del estilo de Irlanda del Norte, Chipre o Turquía».

«Camacho era una persona muy accesible, veníamos de la época esta de Clemente en la que se había enrarecido tanto la situación entre periodistas y él, y con Antonio era todo mucho más abierto. Siempre ha sido un tío muy campechano, y yo creo que se buscaba un poco eso con su llegada con el cambio. Su forma de jugar y de ser encajaba para romper un poco de lo que veníamos.»

«El ambiente dentro de la concentración era muy positivo, la gente era amable y cercana. Recuerdo que estando ya allí el equipo se fue a jugar a Luxemburgo el último amistoso antes del europeo y yo me quedé en el hotel. Se había quedado también Raúl que tenía alguna molestia. Nosotros allí estábamos todo el día buscando la típica foto de los jugadores con las bicis de paseo y le encontré y pude hacer la foto, porque mi compañero fotógrafo si que fue al partido».

«Las sensaciones previas habían sido muy buenas y el debut con Noruega (0-1) fue todo un mazazo. Nos venimos arriba muy rápido y caemos todavía peor. Diría que fue un comienzo del estilo del Mundial de Sudáfrica, que llegas ahí eufórico, te llega Suiza y te llevas el palo. A partir de ahí surgen las dudas, no solo en ellos, también desde la prensa. Con Camacho hasta el momento todo había ido rodado, con goleadas tremendas de por medio y fue un golpe duro. Éramos los favoritos claros dentro del grupo y se había complicado mucho la cosa a las primeras de cambio. Bueno de hecho al final fuimos primeros, aunque de aquella manera. Sufriendo mucho».

«Veníamos de un proceso en la fase de clasificación espectacular donde solo habíamos tropezado en un amistoso con Argentina. El grupo con Noruega, Eslovenia y Yugoslavia parecía que lo pasábamos solo con la cara, y con la cara nada. Creo que de todas formas es algo que nos pasa a los españoles en cualquier época, en cuanto hay un partido malo todo son dramas, y que mal pinta el torneo y todo este tipo de cosas. Con Eslovenia nos repusimos en cierta manera, ganamos 2-1 pero la verdad es que tampoco es que las sensaciones fueran especialmente buenas. Ya estaba presente la tensión y se nota en el terreno de juego».

«El momento del partido de Yugoslavia en la fase de grupos seguramente sea el mejor recuerdo que se guarda de aquella Eurocopa. Fue una remontadas de estas históricas. Después de haber perdido con Noruega y como iba el partido ya estábamos pensando que esto se iba todo al garete y se obró el milagro de la manera más inesperada. Yo creo que eso también demostraba que la Selección tenía un buen ambiente, tenía alma. Otro equipo baja los brazos, dice que esto es un desastre y que no hay quien lo levante, pero no fue así».

«El partido de cuartos con Francia no recuerdo que jugásemos mal. Lo que pasa es lo mismo de siempre, nos vinimos abajo con el penalti fallado por Raúl. Pero no recuerdo que fuera un repaso de los franceses ni mucho menos. No fuimos capaces de recuperarnos desde ese lanzamiento y terminamos eliminados. Estos torneos cortos se deciden siempre en los detalles, y esta vez nos salió cruz. Si Raúl marca ese penalti nunca sabremos que habría pasado. Era el gol de la prórroga pero yo quiero pensar que si empatamos pasamos. Francia por supuesto eran un gran equipo, los vigentes campeones del mundo ni más ni menos, y les plantamos cara bien plantada».

«En cuanto a mi experiencia profesional fue en el momento en el que ya no era todo tan fácil. La federación implantaba sus cuotas y no podías hacer entrevistas o canutazos cuando te diera la gana. Al final es que te lleves bien con la gente y yo recuerdo que sí que eran todos tíos estupendos en general en la concentración. Recuerdo que era el principio de Marca.com y de estar por ahí haciendo vídeos por las ciudades, buscando historietas para mandar a la redacción y eso también cambiaba un poco la dinámica de trabajo. Yo que siempre había sido más de baloncesto, la verdad es que tengo un gran recuerdo, de lo que me acuerdo claro (risas)».